martes, 17 de junio de 2008

Mientras tanto...

Habrá de llegar el día en que dejes de amarme.
No te asuste, es más, incluso yo dejaré de amarte ese día.
Aquél en que los mares se sequen.
Aquél en que las estrellas de cielo caigan sobre los seres humanos anunciando que llegó el final.

Un instante antes de todo esto, justo antes de nuestra despedida, no habrá nada, sólo tus ojos frente a los míos con un único deseo:
amanecer en un mundo donde tú y yo podamos amarnos libremente.

Mientras este momento llega, permíteme que te ame de la única manera que sé, la que tú me has enseñado.