lunes, 31 de marzo de 2008

Alma gemela

Nada me cuesta con ella, todo es natural.
El hablar de mis sentimientos, de mi forma de ser y pensar, el modo en que me comporto a su lado y como la trato, el ansia por cuidarla, por mimarla, la manera en que la acaricio y la beso.

Todo eso lo llevaba dentro tanto tiempo que me había resignado a olvidarme de ello.

Con ella puedo ser TODO lo que soy. Me maravilla comprobar cómo lo acepta todo y reacciona a todo.

Eso nunca ocurre salvo con nuestra alma gemela. Y la encontré hace tanto tiempo que casi tenía olvidado todo lo que le guardaba, y ahora, con los años, cuando ya la sangre no fluye a borbotones como antes, cuando empieza a teñirse de nieve el entendimiento, vuelvo a toparme con esa idea lejana de un AMOR escrito con mayúsculas, un amor único, sencillo, limpio.

Una idea que empezó a tomar forma cuando volvimos a vernos y que poco a poco va cobrando vida, a medio camino, entre la realidad de mis brazos y la fantasía de mis sueños.