martes, 15 de abril de 2008

El imperio de los sentidos

Entre tulipanes bordados contemplo tu cuerpo de diosa mientras el mio se estremece de la impaciencia de poseerte una vez más.
Intento agudizar todos mis sentidos para no perder un ápice de la avalancha de sensaciones que me va inundando.

La música de mis años de adolescente se mezcla con tus susurros en mis oidos y me evocan los recuerdos de un primer baile, de los primeros deseos de abrazarte y acariciarte, con inocencia, con dulzura y limpieza, pero con decisión.

El aire está impregnado de aromas exóticos entremezclados con el olor de la pasión.

Tus labios empiezan esa sinfonía maravillosa que no puedo parar y me atrapan en un mundo de debilidades que anulan todo intento de apartarme de ellos.

Tus ojos se clavan en los mios y me hacen saber hasta que punto son capaces de amar, de entregarse, de poseerme.

Mis manos (sí, con sus dedos) sólo desean volver a recorrer tu piel una y otra vez hasta asegurarse que conocen cada poro. Tratan de apartarse de tu cintura y tu sexo para enredarse en tu pelo en un intento de acercarte más aún a mi.

Todo mi ser con una finalidad única, sentir, sentir y sentir. Abandonarme a las sensaciones que tú le das para conseguir llegar, una vez más, a tu cielo.