lunes, 21 de enero de 2008

Anhelos de una vida

A veces, tengo el deseo irrefrenable de confesar cómo soy y lo que siento.
Esto sólo lo ha entendido Ella que, con toda su paciencia trata de comprender mi manera de ser y aceptarme.

Creo que en este mundo la mayoría de los seres viven la vida "de puntillas", mirando cómo pasa desde la ventana, sin empaparse de ella.

Mi amada no es así, su sonrisa contagiosa tiñe de color mi mundo, sus preciosos ojos se adentran en mi mente hasta la última neurona, la manera de envolverme con sus besos, me demuestran cómo acepta la vida.

Soy una persona cargada de anhelos, lo reconozco. Quizás un soñador empedernido, quizás un poco idealista o utópico. Pero de nada de ello me arrepiento por un motivo bien sencillo... que Ella me acepta como soy y comparte conmigo esos anhelos que acaba haciendo suyos.

Nunca estuve tan feliz aunque, de momento, sea una felicidad "presa" por no poder compartir mi vida con Ella en todos los aspectos.

Cada minuto que la espero es un abismo. Cada hora que compartimos, un suspiro. Ese es el precio injusto que debo pagar por recuperar el amor que se me fué. Pero lo pago gustoso y pagaría toda una vida entera de resignación si pudiese ver, al otro lado de una bola de cristal, a dos tímidos adolescentes tratando de jurarse amor eterno sin pronunciar una sola palabra..."sellado con un beso" como en la canción de Bobby Vinton

La amo sin remedio.