viernes, 4 de enero de 2008

Era una tarde en San Gil

Vuela por Sevilla un suspiro
que se le escapó a esa niña
en una tarde de Abril.

Una esquina de San Gil
llora la ausencia temprana
y busca en Sevilla la llama
que calme mi lamento febril.

Muchas primaveras huérfanas
tuvieron que pasar despacio,
hasta que el destino en su gana
escribiera un nuevo prefacio
de esta historia, que entre mil,
no encontrará historia hermana.

¿Dónde se fué aquél suspiro?
¿Dónde, mi niña de nácar?
¿Dónde encuentro yo el latido?
¡Que mi corazón se apaga!

En una esquina en San Gil
frente a la Virgen del Carmen
se paró mi corazón
que quise del pecho arrancarme
en una tarde de Abril.

A ese "Callejón de la pena"
nunca mis pasos volvieron
por no recordar el momento
en que dictó mi condena.