miércoles, 9 de enero de 2008

Zumo de AMOR

Son sus palabras.
Esas que tanto me reconfortan en momentos de turbación.

Confieso que a veces me siento un poco infantil; pero también reconozco que cualquier intento de cambiar mi forma de ser acabaría mostrando una persona ajena a mi. Y no puedo correr ese riesgo.

Necesito que conozca mi interior, mi alma, tal cual es. Si no, ¿qué sentido tendría?

Intento darle a nuestra relación una perspectiva de futuro y, para mi, sólo tiene sentido si se construye en una base sólida.

Ayer me desmostró, una vez más, qué clase de persona es...la que querría tener a mi lado el resto de mi vida.

Le dedico este poema que, prácticamente, me iba dictando al oido en unos instantes de intimidad...

De mis ojos, los lamentos,
convertidos en gotas de mar,
se mezclan con mi sudor
y la savia de tu vientre de mujer.

Mi cuerpo descubre el candor
en su templo natural
y mezclado con tu saliva de miel
destila en tu seno, mujer,
el más ansiado ZUMO DE AMOR.


Te adoro.