domingo, 6 de enero de 2008

Hoy no será un buen día

Hoy me siento herido en lo más profundo.
No sé muy bien si en lo más profundo de mi corazón, de mi orgullo o mi egoismo.

Su cuerpo, para mi, es un Santuario y no lo puedo concebir como una moneda de cambio ni como objeto de divertimento.

Sé que ni soy dueño ni poseo derecho alguno. Sólo soy un ladrón que trata de privar del tiempo y los deseos a quien únicamente posee las bendiciones "legales" de su amor.

Ahora me siento confuso, dolido y desorientado y empiezan a tambalearse en mi algunos ideales.

Siempre mantuve que quería conocer todo de su vida, que no quería engaños, falsas verdades ni errores. Pero he vuelto a sentir el dolor cuando me ha contado el regalo que él le ha hecho.Un regalo para usar en la intimidad, para "usarla" a ella.

Quizás ella no perciba el dolor que me produce saber que alguien usará ese Santuario para desahogar sus bajezas, quizás para mancillarla o humillarla como Ser humano.

No sé qué es peor, si pensar que disfrutará con ello o se torturará pensando en que quien hace uso no es quien desearía.

Siempre pienso que él entra en ese Santuario con el respeto y devoción que ella merece. Y así es la única manera en que lo puedo aceptar, en la única forma en que la venda que le tengo puesta a mis ojos no me muestra la realidad. Sólo así.

Pero lo de hoy no es así. Me acaba de arrancar la venda y me ha servido en bandeja las imágenes más dolorosas que pueda ver. La imaginación me ha llevado a un infierno donde creo me consumiré.

Soy yo, ahora, quien se está torturando y no veo una salida.

Acepté las reglas del matrimonio desde el primer momento. Pero hay cosas que no podía prever. A veces rozo la locura y me siento atrapado en una vida que no deseo pero que por ahora me siento incapaz de cambiar. El destino no me está ayudando mucho y me pone obstáculos continuamente que me atan a esta vida.

No sé si el tiempo que me lleve el conseguir liberarme de estas ataduras será demasiado y acabaré envuelto en la locura.

No puedo borrar los mensajes oídos, ni sus palabras cuando me lo contaba. No deseo torturarla con mi manera de ser y de entender nuestra relación.

Dudo de si lo que siento es AMOR de verdad o sólo egoismo. En cualquier caso, no entiendo tanto sufrimiento.

La quiero tanto que si por un momento supiese que sufre con mi actitud, desaparecería de su vida.

No puedo seguir escribiendo. Hoy no será un buen día para mi, lo presiento.