viernes, 1 de agosto de 2008

Desde ese rincón...

Todo en mi es tristeza.
Una tristeza que va devorando mi estado de ánimo.

Ya me levanté con una sensación extraña en mi piel...ausencia.

Nada puede evitar que te pierda estos días. La vida, esta mierda de vida, nos condena a su esclavitud.
Sé que no tengo derecho a hablar así, pero sí tengo el derecho de revelarme, aunque sea en palabras, contra esta manera de acontecer.

Sólo hay una esperanza; que vuelvas a mi el próximo mes.
Tengo miedo, lo confieso amor mío. Miedo a que las horas, tantas y tantas horas, te aparten de mi.

Sólo quiero verte llegar de nuevo a mi, con los brazos abiertos y tu mirada fija en la mía.
Mientras eso llega, te guardaré en ese rincón del corazón donde nada ni nadie tiene acceso.
Allí pasaré las horas cobijado en tus recuerdos y en tus palabras.
Allí me consumiré junto a ti hasta que vuelva a poder abrirlo y entregártelo de nuevo a ti, a su legítima dueña.