miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mi alma convertida en mujer

Siento que la distancia se quiere apoderar de mi y se camufla de mil maneras.
A veces se disfraza de trabajo imposible, de reuniones monótonas, de tareas de una u otra índole, sólo con el afán de despegarme de Ella.
No saben que es imposible que entre Ella y yo haya el más mínimo resquicio por donde la frialdad pueda entremeter sus dedos y separarnos.
No es que esté cerca de Ella, ni que esté unido a Ella, no. Es que Ella forma parte de mi como mis propios órganos. ¿Qué será, mi hígado, mi corazón, mis pulmones...? Incluso nada de eso podría ser jamás porque correría el peligro que intentasen extirparla.
Ella es mi alma, convertida en mujer.
Nada, ni nadie, podrá separarme de mi alma. Sólo cuando ésta se extinga, acabará mi unión con mi amada. O quizás tampoco.
Mientras, sigo oyendo el tic-tac de ese reloj que me acerca poco a poco a su Ser, que es lo que más deseo en este Mundo.
LA AMO