martes, 6 de mayo de 2008

Envidia o viceversa...

A veces, sólo una frase es capaz de transformar una realidad en otra.
Ayer me lamentaba y le explicaba que envidiaba a su marido por tener una profesión "diseñada a su gusto", o casi; pocos días de trabajo, que le permitían estar mucho tiempo a su lado; un buen salario que le permitía no pasar estrecheces pero, sobre todo, le envidiaba por tener a la mujer que yo quería.

Ella me contestó que no, que LA MUJER QUE YO QUERÍA SÓLO LA TENÍA YO y con esa frase tan sencilla me hizo ver que debía darle la vueta a mi apreciación y no envidiarle, sino sentirme envidiado por él.