lunes, 26 de mayo de 2008

La angustia de los días que pasan


Llevo días alegres-tristes, alegres por saber que él está dónde siempre ha querido ir y está disfrutando de todo lo que está viendo y de lo que ha leido durante años, pero estoy triste porque no le veo diariamente, no le puedo besar y no le puedo acariciar, tengo que consolar a mis manos y a mis ojos y decirle a mi cuerpo que volverá.

Núnca creí que esta distancia fuese tan dura, la horas tardan en pasar y la mente la tengo que ocupar en infinidad de asuntos y deberes para no enloquecer. Cada día despierto pensando en que queda poco tiempo para su vuelta pero mi corazón llora hasta deshacerse y mis ojos se llenan de lágrimas continuamente, en una palabra me envuelve la tristeza y sale de mi esa mujer celosa que tanto intento reprimir.

No sé cuantas veces he pasado por la esa Via Dolorasa, me la he recorrido de arriba a abajo para poderlo encontrar, para poderle decir que le amo, que no le olvido, que mi amor cada día es más fuerte y que deseo vivir junto a él. La mente me traiciona y me vuelvo celosa, celosa de todo lo que le redea , no me pasa sólo por la distancia me pasa porque le quiero y no quiero que esto sea así.


El cielo, el mar, la arena, se ha teñido de rojo.
Contemplo el raro paisaje y no salgo de mi asombro.
Será mi intensa tristeza que no acepta los colores,
o mi corazón quizá, que sangra libre a su antojo.
Una estela de pureza se dibuja en blanco puro,
es una nueva ilusión, que ansío me bañe
en un oleaje sereno e intenso dolor acalle.
No percibo el horizonte, que separa mar y cielo,
una línea divisoria que nos marca lo infinito,
no la veo… más espero…y es mi imagen
que en la arena se refleja,
en cómplice sombra austera…

Tu Pestiñito
.