lunes, 28 de julio de 2008

El mar


La Antilla...la Paz se refugió en mi, y yo, en tu orilla.
Así empezaba algo que escribí en aquellos días ("Diálogo con las olas"). Cuando todo mi mundo era gris con puntos negros.
Las horas pasaban lentas y me acompañaban en mis viajes por el horizonte, perdiéndome más allá de donde mi mente podía llegar. No sé si me buscaba a mi mismo o, quizás, la parte de mi que necesitaba complementar.
El mar siempre ha supuesto para mi un alivio. Es como un aliado. A veces le he temido porque quise imitar a Alfonsina una vez. Hasta que consiguió calmarme y hacerme ver más nítidas las estrellas en la noche, más cálido el atardecer...
...lástima que nadie me acompañase en mis devaneos con el mar.