miércoles, 14 de noviembre de 2007

Esperando a que regreses a mi

Cariño, a pesar de lo mucho que te echo de menos, ya estoy pensando en tu regreso.

Estaré esperando a que vuelvas de tu viaje para darte mi mejor beso, mi abrazo más intenso y la caricia más cálida que nunca hayas tenido.

Durante estos días de ausencia, acumularé todas las ganas de tenerte en mis brazos para entregártelas sin demora cuando te vuelva a ver.

Sé que estás, en este momento, pensando en mi. El amor es así, lo he descubierto contigo. No sabía que ya no pertenezco a mi mismo, que mi alma va contigo donde quiera que vayas.
Esa es la ausencia que noto, no es la ausencia de ti sino la mía propia que se ha ido contigo.

A ratos me consuelo con mis propios sueños, mis vaguedades, mis ilusiones y descubro que mi mayor consuelo no es algo tan etéreo como eso, no, al contrario, es algo tangible, es contar contigo en todo momento y lugar.

A pesar de la distancia, me siento tan unido a ti que no sé si sería capaz de explicarlo. Creo que tan sólo podría entenderlo quien estuviera realmente enamorado como yo lo estoy de ti.

Te espero y espero que el Ser que nos mandó a este Mundo, nos una de nuevo. Sé que ese día llegará y, entonces, me encontrarás esperando a que regreses a mi para siempre.