jueves, 4 de octubre de 2007

Caricias de jabón

No sé cómo consolarte cari, sólo me queda escribirte y así poder calmarte si es que puedo, pero lo intentaré.
Mirare en mi mañana y te contaré cosas íntimas que hoy al despertar he sentido.

Mojando mi cuerpo he intentado senti
el agua cómo lo hacía más debíl,
quitaba impurezas y dejaba paso
a ese jabón maravilloso
llamado azmicle.
Llenando mi cuerpo de él
la debilidad desaparecia
su espuma me impregnaba de su olor
la piel cada era más suave
a la vez mis manos paseaban por mi cuerpo
pedian que se unieran a esa espuma blanca
con toque de vainilla.
Todo iba haciendose diferente
el jabón y yo eramos uno
resbalaba entre mis partes más íntimas
desliba su fragacia que llegaba hasta mi cerebro
dejando sentir las caricias del jabón.




Te envolveré en mi aroma cada mañana,

te lavaré con la espuma del deseo
para que limpies tus pecados más inconfesables.

Te secaré cada poro de tu piel,

poco a poco, sin tiempo, dejándo a cada roce
toda la pasión que desatas en mi.

Te vestiré con las mejores ropas

impregnadas de perfume de nardos
y te luciré por el mundo llevándote
orgulloso de la cintura.