martes, 23 de octubre de 2007

Me duele tu dolor

Me duele como si me lo hicieran a mi.
Me duele un mal gesto, una frase despótica o autoritaria que manifiesta el trato despreciable de un ser que se considera superior sobre el que considera esclavo de su voluntad.

Una relación de pareja no es así. Lo siento.
Son, o deberían ser, dos iguales luchando por causas comunes, por ideales consensuados.
Debería ser el apoyo de uno al otro cuando aquél flaquea. La comprensión, el amor, el desinterés por lo propio a cambio del interés por la otra parte.

Todos tenemos malos momentos, es verdad. Pero es entónces cuando necesitamos la mano amiga, el calor, el abrazo y el consejo. Y de quien mejor del que, en su día, eligimos como pareja para que nos acompañase en este peregrinar. Así debería ser.

No puedo ser objetivo, aunque lo intento, pero me están tocando la fibra sensible. No entiendo que a un ser maravilloso, entregado, desprendido como tú, no se le tengan en cuenta todas sus virtudes y se utilicen éstas como si de una obligación se tratasen. A más virtudes, más exigencias. No es justo.

Sé que debo callarme porque es posible que parte del problema sea yo mismo y nuestra relación, pero hay cosas que no se pueden ocultar.

Siento en lo más profundo de mi corazón que te traten así. No sé ayudarte en esto, salvo que lo haga con mi cariño y comprensión y con el amor que te profeso.

Te quiero, amor. Porque yo sí tengo claro cómo te trataría.