jueves, 11 de octubre de 2007

Mermelada de amor



Cerré los ojos y, abrazandote, caí en el sueño
de donde brotaron recuerdos de amargura
por no sentir, mi amor, la dulce atadura
de ser, en ese momento, tu único dueño.





Mermelada de amor que en tu cuerpo extiendo, como ofrenda a los dioses del pecado.
Pétalos de rosas de suave gelatina, dulce como tus labios, sedosos como tu piel.
Mi boca devora tu anatomía, mía, sólo mía, para saciar con ansias tu placer,
mientras mis manos pasean por tus pechos, repletas de amor, casi embriagado.