miércoles, 19 de septiembre de 2007

Ahora mejor?

Es inevitable que la mente se pasee por los recuerdos y saque sus propias conclusiones.

Tras estas últimas experiencias que relato siempre acabo en el mismo punto del recorrido, un mismo pensamiento me atormenta y me martillea la cabeza:
"¿Por qué ahora?"

Por más que trate de distraerle y razonarle, mi mente, que es contumaz como un borrico, acaba siempre en la misma pregunta.

Recuerdo un correo que le escribí a Ella tratando de explicar lo inexplicable.

Lo adjunto más abajo para que quede constancia, aunque si debo ser honesto, no es una respuesta, sino un consuelo...

===El correo empezaba así...

Si ha sido ahora, cuando nos llega el otoño, debe tener un sentido, así que para qué preguntarse esa lista interminable de porqué y porque no.

Tenía una vida plena, que pensaba llena porque estaba blindado a los
recuerdos. No quería mirar por miedo a descubrir lo inevitable: siempre he buscado en otras mujeres lo que un día perdí sin saber muy bien porqué.

De pronto, un día, se cruzó en mi camino el recuerdo y dejó el precioso jardin de mi vida hecho añicos. En aquél momento, el aturdimiento pudo con mi deseo de saber más de ella; me mordí la lengua cien veces para no pedirle un teléfono (si no me llamó en 27 años, qué sentido tendría?)
Otro día, de nuevo apareció el recuerdo, hermoso, tranquilo. Miró mi jardín y me dijo: "sólo tienes que regar un poco, lo que quieras que florezca, florecerá, pues lo plantaste hace más de 30 años". NO SE SI SERA BUENO O MALO, PERO PROBARE, me dije. Bastaron unas gotas para ver alzarse un hermoso magnolio cargado de flores.

Desde entonces, cada día lo riego un poquito para que no se seque. Es hermoso, pero pequeño a la vez. Me protege del sol que me abrasa en los días más tórridos y de la lluvia que quiere disolver el recuerdo. Sus flores, blancas como su piel, me dan el aroma de su aliento. Y cuando me asalta la duda, lo miro y veo un corazón tatuado en el tronco con nuestras iniciales.

No es justo que no existan palabras para describir cuánto te amo.

===Fin del correo

Quizás, a partir de ahora deba llamarle MAGNOLIA, ¿también es casualidad?