No sólo eres mi hombre, eres mi músculo, la otra mitad de mi cuerpo, | |
y el frío se desvanece, ya no hay viento, por dentro se enciende el calor,
apenas hay sonidos, cada tanto se escucha un silbido, que es tuyo y mío,
y el sudor nos envuelve, pega nuestros cuerpos en uno, una masa incandescente,
que me saca de quicio, me pone loca de remate, me siento una demente
que sólo piensa en cuanto te ama, te necesita, anhela volver a verte.