martes, 4 de septiembre de 2007

La felicidad y la alegría

Cuando perdí su amor, desapareció la sensación de alegría que me había acom­pañado durante el tiempo que estuve con ella y que me transmitía constantemente.

La alegría, ¿sa­bes?, es justamente lo que más he añorado.

Posteriormente, seguro que sí, incluso he sido feliz; pero la felicidad es, respecto a la alegría, como una lám­para eléctrica respecto al sol.

La felicidad siempre tiene un objeto, somos felices por algo, es un sen­timiento cuya existencia depende de lo exterior.

La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol, arde gracias a la combustión de su propio co­razón.

Hoy puedo decir que he recuperado, a su lado, la alegría que perdí.

(Adaptación del libro "Donde el corazón te lleve" de Susana Tamaro)