jueves, 20 de septiembre de 2007

A veces, los sueños...

Soñaba...
Amanece en mis sentidos y veo un nuevo día aún más luminoso. Le doy gracias a D-os por si me oye, no se olvide de cuidar de mi amor. "Consérvale su alegría, su sonrisa, su paz, como parte del tesoro que cada mañana me viene a ofrecer. Consérvale su amor por mi, para que mi día esté lleno de verdades y venturas."

Ella duerme a mi lado con su rostro de ángel sonriendo, (quizás esté soñando con un angelote -pienso-) Mientras, mis labios dibujan un corazón sobre su espalda.
La miro (y admiro) y me vienen a la mente tantos recuerdos de sus días de niña, de su cuerpo menudo, su sonrisa de ninfa, tal como ahora.

A pesar de tantos obstáculos que tuvimos que saltar, tantas batallas que tuvimos que librar, ahora, cuando la veo a mi lado, reposando en la tranquilidad de nuestra cama, sé que la recompensa mereció la pena.

A lo lejos, sólo se oye el rumor de las olas que nos viene a saludar. El tibio amanecer llama a la ventana y contengo mis ganas de amarla...Cada día es nuevo, inmenso, intenso, a su lado.

Miro por la ventana de nuestro hogar y un mar infinito, en calma, nos da los buenos días. Ya no resisto más su ausencia y la llamo...

"despierta mi amor, que hay caracolas nuevas en la playa"

(A veces, los sueños se hacen realidad)